El imperialismo surgió desde el momento en que en un pequeño número de países, el capitalismo se desarrolló hasta el estadio del capitalismo monopolista y del capital financiero, es decir, la fusión entre grandes empresas industriales y bancarias. Las potencias imperialistas dividen y vuelven a dividir al mundo en pró de la conquista de materias primas, de fuerzas de trabajo barata, de nuevos mercados y de nuevos dominios para la exportación de capitales.

En el estadio histórico del imperialismo, las guerras nacen de la búsqueda del máximo beneficio de la burguesía monopolista en los países imperialistas, de contradicciones entre los países imperialistas y de sus intervenciones contra éstos y a los pueblos que oprimen y explotan.

En las condiciones de crisis económica, la competitividad interimperialista crece y puede agudizarse al punto de quebrar el equilibrio internacional y el realineamiento de potencias. Ello puede llevarnos a grandes guerras.

La primera guerra mundial, la primera guerra interimperialista, una guerra injusta y criminal, ha sido precedida por una crisis de sobreproducción. Diez millones de personas han perecido en la guerra, pero ésta desembocóen la revolución de Octubre en Rusia.

La Segunda Guerra Mundial fue tambien una guerra parcialmente una guerra interimperialista, aunque los fascistas tuvieron asimismo el objetivo de destruir la URSS. Esta última ha perdido 23 millones de ciudadanos. El fin de la guerra ha viso emerger muchos países socialistas y democracias populares en una tercera parte del mundo entero. Con aproximadamente una cuarta parte de la humanidad, China ha sido una derrota estratégica para el sistema capitalista mundial.

Durante la guerra fría, los EE.UU han llevado a cabo guerras de agresión de lo más brutales contra la República Democrática y Popular de Corea, Vietnam y el resto de Indochina, además de campañas contrarevolucionarias sangrientas en Asia, en Africa y en América latina con un coste en vidas humanas que se elevan a millones, sólo comparable al de una guerra mundial.

Al alba del tercer milenario, asistimos a una tentativa del imperialismo por imponer su " nuevo orden mundial " bárbaro e inhumano a todos los pueblos.

La existencia de la URSS era una dificultad formidable para el imperialismo, una dificultad para la cuál muestra toda su naturaleza belicosa y destructiva. La restauración completa del capitalismo en los ex países socialistas del bloque soviético ha tenido por resultado la destrucción de las fuerzas productivas, ha implicado la aparición de formas de exploación de las más odiosas y ha permitido al imperialismo norteamericano y a la Otan desencadenar una guerra de agresión en Europa. Despues de la caída del muro de Berlin, el imperialismo norteamericano intentó inmediatamente imponer su nuevo orden mundial. La guerra de agresión contra Irak ha sido la primera guerra de la Otan encubierta por las NN.UU. A partir de 1991, comenzaron las intervenciones militares en Yugoslavia para desmembrar este país.

Hoy día, los bombardeos criminales contra las fuerzas de defensa, las infraestructuras, las fábricas, las ciudades yugoslavas demuestran que la Otan sigue los pasos trazados de la coalición fascista dirigida por la Alemania hitleriana. Esta guerra de destrucción masiva llevada a cabo por la Otan contra el pueblo yugoslavo, ha hecho entrar la guerra moderna con todos sus horrores en el corazón mismo de Europa.

Las tendencias que han provocado la primera y la segunda Guera Mundial son de nuevo visibles.

El capitalismo necesita explotar los recursos del subsuelo del planeta entero a un costo mínimo. Las diez multinacionales del petróleo las más importantes del mundo han acaparado un beneficio de 35 000 millones de dólares en 1998. El 70 % de las reservas mundiales de gas están concentradas en la región del Mar Caspio y del Oriente Medio. En las repúblicas asiáticas de la ex URSS, las inversiones masivas en los grandes yacimientos de recursos energéticos (petróleo y gas) provocan una competitividad entre las más importantaes companias petrolíferas transnacionales.

En un esfuerzo por ganar " la guerra de los gaseoductos ", el imperialismo norteamericano ha provocado guerras contra todas las fuerzas que se encuentran en su camino, Kurdistan, Chechenia, Afganistan, Tadjikistan, Georgia, Oriente Medio...

El imperialismo busca derrocar los gobiernos que rechazan capitular y dividir los países que se resisten.

El imperialismo lleva a cabo guerras y prepara otras contra todos los países que deséan escapar a la dominación imperialista, entre otros Coréa del norte, Cuba, China, Irak, Libia, Iran, Yugoslavia, y Bielorrusia. Pero también contra Rusia, en la eventualidad de que los auténticos comunistas tomen el poder.

El imperialismo hace tabla rasa de la soberanía y de la independencia de las naciones, se inmisculle en los asuntos unternos de otros países invocando, con arrogancia, los pretextos de " democracia, libertad, autodeterminación de los pueblos, paz, multipartidismo, elecciones libres y derechos del hombre ".

Para imponer su dictadura económica internacional, las multinacionales inentan impedir o quebrar la solidaridad internacional de la clase obrera y la unidad antiimperialista de pueblos oprimidos. Potencian y utilizan el racismo, el nacionalismo reaccionario el separatismo, el fanatismo religioso, el irracionalismo, el misticismo, el etnicismo y el fascismo para dividir, fragmentar y embrutecer las fuerzas populares, para sumergirlos en matanzas bárbaras con el fin de destruir toda capacidad de resistencia al capitalismo y al imperialismo.

El imperialismo, es la negación de la democracia, la reacción sobre toda la línea, el imperialismo, es la guerra.

La fascisación y el fascismo son dos expresiones de la degeneración inevitable de la democracia burguesa en el periodo imperialista. En estos momentos los países imperialistas guardan ciertas formas exteriores de la democracia burguesa, pero al mismo tiempo incitan la fascisación del régimen, el espionaje generalizado de la poblaciòn y la violencia terrorista contra lasrevueltas populares. La militarización de las relaciones internacionales, la carrera armamentista y las contradicciones agudas al interior de las potencias imperialistas, pero además entre ellas, producen y reproducen la violencia y la guerra, reforzando la inestabilidad y creando riesgos de conflictos militares generalizados